domingo, 11 de diciembre de 2016

Los Diez Bueyes del Zen. Buey 3º.




BUEY 3º: LOS DIEZ BUEYES DEL ZEN.

Esta es la tercera parte del análisis de los versos de Kakuan; en relación significado de la iluminación con la búsqueda del Buey.


3. PERCIBIR AL BUEY.

(Versos de Kakuan)

Oigo el canto del ruiseñor.
El sol es cálido, la brisa es suave, los sauces de la ribera
son verdes.
¡Aquí no se puede esconder ningún Buey!
¿Qué artista podría dibujar una cabeza tan imponente, unos cuernos tan majestuosos?

· Exégesis:

El que busca, se encuentra de lleno con la realidad, ese "sol", esa "brisa", "los sauces de la ribera". Son apercibidos de forma directa; el buscador les da nombre, los señala, los cataloga y les da forma.

Las huellas ya son patentes, pero aún surge la desconfianza de si se va por el camino correcto, puesto a que lo encuentra todo, menos lo más importante, el -Buey-.
Sin embargo, ante esa negación al ocultismo que provoca el verso "¡Aquí no se puede esconder ningún Buey!" sale a flote la capacidad de visualizarlo, de percibirlo. No es que se esconda, sino, que el buey ya no tiene la necesidad de esconderse.

El "artista" es el mismo buscador, ya que es como si pintara su propia realidad en ese mismo instante en el que se percata de que el proceso de Iluminación se está llevando a cabo.

La cabeza del buey, es lo primero que puede dibujar, su intelecto. Un buey sin esa "majestuosidad" no sería un buey; al igual que el buscador del buey si no lo encontrara, no sería un buen buscador.

El Buey está cerca, la iluminación está cada vez menos latente...



[Este texto pertenece al grupo de Facebook de la Sociedad Orientalista de Sevilla (SOS)]


Muchas Gracias.

martes, 25 de octubre de 2016

Los Diez Bueyes del Zen. Buey 2º



BUEY 2º: LOS DIEZ BUEYES DEL ZEN.

Esta es la segunda parada en el análisis de los versos de Kakuan; en torno al significado de la iluminación en relación con la búsqueda del Buey.

2. DESCUBRIENDO SUS HUELLAS.


(Versos de Kakuan)


A la orilla del río, bajo los árboles,
¡Descubro las huellas!
Veo sus huellas incluso bajo la hierba fragante.
Las encuentro lejos, en las montañas remotas.
Esas huellas ya no se pueden ocultar.
Al igual que no se puede ocultar la propia nariz que mira
al cielo.



· Exégesis:

La poesía de Kakuan está repleta de símbolos, tanto -el río- como -los árboles- y esa -hierba fragante- de la que habla, tienen una característica simbólica. A la hora de desglosar el símbolo que Kakuan aporta con sus versos, debemos ceñirnos al mensaje y a su contexto. El buey, aunque se busque, jamás se ha perdido; está dentro del propio buscador, y esta búsqueda es una toma de consciencia del carácter iluminado de aquel que encuentra las huellas del animal.

-Las huellas- quedan descubiertas marcando así que se está yendo por el buen camino. Pasar del río, a los árboles, y luego, a esas -montañas remotas-; denotan un búsqueda prolongada. Se podría decir que descubrir las huellas no se da en un momento justo, sino en un progreso paulatino.

Cuando las huellas quedan expuestas ya es imposible -ocultarlas-, es decir, la búsqueda del buey ya no puede pararse, debido a que aunque la búsqueda se abandone, las huellas seguirán ahí; sino en el camino, en la mente del descubridor.

Termina Kakuan pasando de las montañas remotas al -cielo- que es observado por el buscador haciendo una analogía entre las huellas del buey y la -nariz- del mismo. Podemos ejercer otra analogía, y es que, aunque el cerebro oculte nuestra nariz a nuestra visión, sigue estando ahí, al igual que las huellas expuestas del buey.

La búsqueda sigue...


[Este texto pertenece al grupo de Facebook de la Sociedad Orientalista de Sevilla (SOS)]

Muchas Gracias.

martes, 13 de septiembre de 2016

Los Diez Bueyes del Zen. Buey 1º.




BUEY 1º: LOS DIEZ BUEYES DEL ZEN.


Esta es la primera parada en el análisis de los versos de Kakuan; en torno al significado de la iluminación en relación con la búsqueda del Buey.


1. LA BÚSQUEDA DEL BUEY.

(Versos de Kakuan)

En los pastos del mundo,
aparto incesantemente las altas hierbas en busca del Buey.
Siguiendo ríos desconocidos,
perdido por caminos que atraviesan montañas lejanas,
me fallan las fuerzas y mi vitalidad se agota, y no puedo
encontrar al Buey.
Al caer la noche, solo oigo el canto del grillo en el bosque.

· Exégesis:

Empezamos desde donde lo verdadero se hace palpable (en cierto sentido), lo más cercano a nosotros, la realidad, esto es, lo que Kakuan nombra como -los pastos del mundo-. Nuestros sentidos, pastan en los estímulos del mundo, y lo que nos parece inimaginable/incomprensible son esas -altas hierbas- en las que buscamos al Buey.

-Los ríos desconocidos- circunnavegan nuestra zona de confort, y en el horizonte de lo personal (de la personalidad) se ven aquellas -montañas lejanas-.

La búsqueda del Buey es una búsqueda per se, y de sí mismo; una introspección tan profunda que se exhala e interpreta de esta forma hacia el exterior, siendo mediada por los versos exquisitos del maestro Kakuan.

Al no encontrarlo en la primera búsqueda, esta misma persiste y se demora, al final, al cerrar los ojos solo se oye los ecos de lo onírico, ese -canto del grillo en el bosque- que más que calmarnos, nos perturba, al fallar nuestra búsqueda en su primer intento.

La búsqueda continua...


[Este texto pertenece al grupo de Facebook de la Sociedad Orientalista de Sevilla (SOS)]


Muchas Gracias.

sábado, 19 de marzo de 2016

El Mundo se deshace, renace.


Desde su cama, en vigilia, veía la ventana; no era muy consciente de lo que pensaba. Su mente pensaba por él. Sus párpados agotados clausuraban su mirada y poco a poco el sueño se apoderaba de él. El Sol entraba por la ventana, le daba en el rostro, pero su sueño no se demoraba. Su mente desmoronada inventaba cosas, cosas extraordinarias. La luz de la ventana entraba en su alma, era único, ese sentimiento, esa ataraxia inefable, no había quietud que la comparara.  

Soñaba, y el sol entraba por la ventana. Le acogía, le cuidaba y sin ninguna perplejidad, se despertaba. 


*Este texto creado por mí, participa del Proyecto Semanas #1 atribuido al blog http://piel-de-nieve.blogspot.com.es/

Gracias. Carlos García. 

viernes, 4 de marzo de 2016

Sopa de Prosa.


Llueve, y de repente, las personas no son personas, por que la prosa que exhalan las apalabran. Sopesan, dudan, y las palabras no son palabras. Las letras se deforman por dicción crónica, y se escupen de la boca, lapidando una sobre otra. Palabras cargadas, pesadas, que acometen silencios sepulcrales; o palabras vacías, carentes, que huelen a insuficiencia.