viernes, 22 de enero de 2010

Leviatán intrínseco.


Aquel día Jehová castigará con su espada firme, grande y pesada a la serpiente Leviatán, que siempre sale huyendo, a Leviatán, que es una serpiente astuta, y matará al dragón del mar.(Isa 27:1)

He puesto este fragmento de la Biblia, ya que lo veía adecuado y oportuno.
El Leviatán es una caracterización de la imagen del mal, un reflejo de la mirada del mismo demonio; según la Biblia, Jehová con su espada hace que el Leviatán se encuentre en su propio asedio, en su callejón sin salida, causandole su muerte y destrucción. El sentimiento que conduce a Adonai es el mismo que impregna al Leviatán, el odio que desprende el monstruo es el mismo odio que le ajusticia; Elohin actúa como un espejo sagrado el cual refleja hasta los sentimientos de la bestia misma.
El Leviatán en estos tiempos representa lo que consume y desgasta los propios sentimientos de la sociedad, destruye a la propia persona, cromosoma a cromosoma, la bestia es la que influencia a probar el riesgo a lo insensato, es lo que te arraiga a la colmena, a ese panal sistemático de miel agridulce. Agrio es el odio cuando te atrapa, dulce es el amor cuando te encuentra; parece ser que el Eyón nos deja como legado a nosotros su espada, sus valores, pero no solo nos deja las cosas beneficiosas, nos deja su silencio, su demora, su misterio, su propio tedio. Yahvé nos dá la llave para construirnos un futuro sin Leviatán alguno, el Olam nos abre la puerta a un porvenir adorado, pero si ese mañana es conducido por el sentimiento de odio de la muerte del propio Leviatán, el tratado que aporta El-Roi a nuestra humanidad está cargado de contradicción y malicia de la propia bestia de los infiernos, con lo cual llevaría la humanidad a un tiempo impropio, a un sentimiento imperativo respecto a lo que le rodea. El ser humano es frágil, El-Shaddai lo sabía en el día en el cual arrebató la vida a ese gran monstruo marino, vislumbró que el odio recorría sus venas y quiso acabar con ello cuanto antes, ese sentimiento supuestamente acabado fue plantado como semilla en la mente humana, hay tenemos todos los actos perversos que el género humano ha causado, con estas palabras se acaba este texto como de bestia agonizante se tratara bajo esto que es mi espada.

(Jehová, Adonai, Elohin, el Eyón, Yahvé, el Olam, El-Roi y El-Shaddai son distintos nombres con los que llamar al omnipotente).

No he querido poner la palabra "Dios" en este texto ya que para mí, es algo mucho mayor y con mucha más energía que un ser que destruya a una criatura con lengua bífida. Quizás en otro momento hable de lo que es para mí "Dios".

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Gracias. Carlos García Claros.

domingo, 10 de enero de 2010

Amada mía.


Escribo para desatar una barbarie, para crear seísmos y tsunamis dentro de tu ser. En estos tiempos en que la palabra "masacre" no significa más que "esperanza" y una "pluma" no más que un "papel". Crearía un Taj Mahal por belleza, sinceramente por ella; si, por mí amada, la que me hace volar con las hadas y dormir entre duendes, la que me hace despertar con las mariposas y vivir plácidamente. Ella me hace sentir el corazón cada vez más fuerte y no la mente, evidentemente en el amor solo existen los engranajes que se encuentran detrás de las costillas y que cada aliento que vaya a los dos pulmones sea por los dos. Como ya dije a un ente que deslumbraba con su luz, "hay flores que nunca se marchitan", son inmortales y divinas como mismas. Limaré de por vida los barrotes que me impiden verte, no estoy en una cárcel, pero no te veo y eso es suficiente para estar y sentirme preso. Quisiera verte cada mañana, tenerte, asi podría alegrar mi corazón el cual en varios momentos a sido acribillado por las balas que son disparadas por la pistola de la marca desamor. Eres la esencia que aclara mis pesadillas convirtiéndolos en bonitos sueños celestiales, la que calma mi agua turbia y apacigua mis penas. Quiero compartir el agua del cáliz de la gloria contigo, sentirte junto a mí, oler tu perfume y saber que tu amor no me consume. Irrádiame con tu voz, sabes que quisiera oírla en todo momento, haz que mi vida no sea un lamento, quiero vivir junto a ti, acompañarte en tus infortunios y en tus alegrías, siempre. Esos son todos mis sentimientos. Ahora puedo decirte...
Te amo.

Gracias. Carlos García Claros.

domingo, 3 de enero de 2010

Videoconciencia - 1x01 - "El Tiempo".

El audio del video es un tanto flojo por ello os aconsejo que subaís el volumen.


Este es el segundo video de la serie Videoconciencia.

Gracias. Carlos García Claros.