domingo, 25 de octubre de 2009

Madurez inmadura.


Empecé a pensar en escribir esta entrada a raíz de una clase de filosofía sobre la madurez, es cuando me pregunté a mi mismo "¿Me gustaría caer del árbol o me quedaría agarrado de las ramas para sabotear a la madre tierra hasta sus propias raíces?" Una de las respuestas de mi interior fué; "No, no me gustaría ser aplastado por mi propio peso contra el suelo" y otra de ellas "Me encantaría vivir la experiencia de ser recogido por un jornalero campestre de la vida". Al rato pensé que eso de ser maduro acarreaba sus problemas, debería extender mi vocabulario, ser más educado, responsable y correcto debería peinarme, saludar a la gente educadamente, abrirle la puerta a las señoras en el banco; porque si soy maduro, debería tener cuenta corriente en el banco, sacaría dinero para ir a almorzar a un lujoso restaurante con mi amada esposa. Ahora pienso que la vida de una oveja más del rebaño no me es muy agradable, sino más bien monótona, absurda e incoherente, por eso el título de esta reflexión, la madurez es inmadura, no llegas a vislumbrar que hace poco fuiste un simple niño con ganas de volar a otro lugar donde reine la paz; pero al final solo acabas convirtiendote en un peón más de una industria cruel y sin futuro. La madurez no la marca el tiempo que uno esté en el suelo, sino el tiempo que uno permanezca unido a su árbol, porque la inmadurez es atrevida por el hecho del salto hacia la libertad y el impulso hacia una nueva vida madura la cual podrá dar sus frutos por si solos como por arte de magia. Espero no ser una fruta agria, porque para ser maduro necesito tener buen sabor y deleitar al catador que pruebe ésta mi fruta, para poder hacer temblar a la misma tierra con mi llegada al paraíso de una nueva vida y a la ida de este mi tren para emprender el viaje al ser que nos guía por esta nuestra vía hacia un nuevo amanecer.

Gracias. Carlos García Claros.

lunes, 19 de octubre de 2009

La verdad juega al escondite.


Lo verídico a veces se convierte en lo mítico, es cuando sucede el hipotético caso de empezar a jugar con la verdad al escondite; empezamos a jugar con ella y cada segundo que contamos para poder abrir los ojos y comenzar a buscarla se nos hace una eternidad y una insoportable náusea. La verdad hoy en día se esconde muy bien, tiene una muy amplia gama de escondites; recuerdo aquellas veces que pude encontrar la verdad dentro de una lágrima y también en el interior del fruto de un olivo, pero cuando la verdad se esconde en un sitio inaudito en el cual no puedes encontrarla todo acaba en una simple y añadida locura más para nuestra colección. La mayoría de las veces la certeza pura nos deja en la sin razón mas oscura, un ejemplo de todo esto es mi ser, me acostumbré a ver en la locura de la oscuridad, me acomodé, coloqué minuciosamente mis mobiliarios y al cabo del tiempo un empuje de atrevimiento me invitó a dormir una primera noche, así acabé viendo la infernal oscuridad como la luz del sol en el mediodía de un cielo despejado de brumas, dudas y nubes. Tenemos que aprender a jugar con la verdad, solo es una entidad y si se apodera de nuestro ser, debemos dejar que entre en nuestro cuerpo, se regocije, disfrute con nuestro interior, respire de nuestros propios pulmones y se construya una casa en el corazón de crital, el cual guardamos con cuidado.

La verdad juega al escondite y ríe como los niños. Gracias. Carlos García Claros.

lunes, 5 de octubre de 2009

La Codicia y la Avaricia cogidas de la mano.


Ese afán por conseguir amasar cantidades de dinero o pensamientos desechables está muy de moda últimamente; podemos ver en muchas zonas del mundo que la codicia y la avaricia van de la mano, vemos desde mansiones esplendorosas a guetos marginales, desde obesidad a desnutrición; debido a la ambición de unos pocos. Este planeta Tierra ya no nos pertenece, es solo un simple modelo de economía más; otro capital al cual sustraer recursos para ser acumulados en una alacena tras la puerta de la perdición. El mundo se divide en codiciosos y avariciosos y víctimas de los mismos, lo que coloquialmente se denomina como "los de arriba" y "los de abajo", un grupo de ellos coge las ganancias de los otros los cuales trabajan a destajo. Eso es lo que se conoce por el nombre de Capitalismo, donde unos son ricos y otros pobres; como dijo
John Fisheral Kennedy cuando habló de "los hombres de detrás de la cortina" se refería a los manipuladores de masas que existen en este planeta, los que como se suele decir "cortan el bacalao". Pero bueno he escrito este texto para hablar de la codicia y la avaricia no de los inútiles que están el la primera fila del pelotón social.
Ahora os diré porque la codicia y la avaricia son malos sentimientos, aparte de como he dicho antes, que provoca guerras, pobreza y miseria también corta la energía que se exporta y se importa en los seres humanos, es decir, al haber un ente codicioso que roba la energía de los demás, algunos de los que estan a su alrededor se quedan sin una mísera pequeña diminuta y menuda gota de su propia energía; no hay intercambio de saberes o de energía entre un ser codicioso y uno no codicioso, todo y absolutamente todo es entregado al ser codicioso y en cambio el no codicioso se queda desvalido y desamparado en la vida. Al existir un ser avaricioso, el fluir de la energía común es cortado, no hay una red energética que cubra a todos los seres no codiciosos.

Gracias. Carlos García Claros.
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