sábado, 30 de octubre de 2010
Dios.
Este texto trata sobre Dios, lo he querido tomar desde un punto subjetivo dentro de la objetividad, quizás no actualice el blog en treinta días ya que este texto es complejo, denso, extenso y profundo y por tanto muy espiritual, esotérico y que puede remover sentimientos en tí, para eso creo prosa, para provocar algo en tu interior que te haga respirar de verdad. Lo he divido en párrafos para que su lectura sea más fácil, os aconsejo que lo leáis con tranquilidad, abandona por un momento todo tipo de creencia o será una pelea contra tu mente y tu corazón, disfrutadlo con amor y verdad:
Inmenso podría ser, pequeño sería abarcado por él. Difícil de entender, fácil de seguir por sus creyentes más dóciles y aplicados a su enseñanza. Religiones han hecho de él un altar, una cuestión, una mentira de verdad. Varios nombres son ya los colocados al mismo Dios, pues algunos ya no saben donde ubicarlo, si en el cielo, sobre un altar, en su corazón, qué se yo. Guerras santas que ya no son sagradas, pues la fe ahora se demuestra en la sangre al correr y no en las cicatrices al cerrar. Otros lo representan como bisectrices, ecuaciones, matemáticas, números, cifras y direcciones que no son reales, pues no hay sentido en lo que nosotros sentimos si pensamos de manera lógica, pues para entender a Dios debes tirar lo lógico y simplemente mirar a los ojos de un niño. Los niños que no lleguen al lustro de edad transmiten la conversación de Dios pues no hay conocimiento aún sobre el estigma que la cultura les deja en su corazón de pocos latidos dados.
Ser cristiano, católico, agnóstico, protestante, budista, ateo, hinduista, sintoísta, ortodoxo, judío, musulmán o de cualquier religión, teología, creencia o dogma sería etiquetar el alma de una persona para aferrarse a un mismo Dios, deidad, ideal o maestro en el cual todos creen. Dios tiene ya tantos nombres que el mismo no reconoce ninguno de ellos, que importa como se llame, no podemos encerrar tanta energía entre las letras de una nomenclatura. La palabra puede ser dicha por boca de seres terrenales, pero la palabra no es la misma si la evolucionamos respecto a su nivel de frecuencia, pues la voz de Dios es una dulce melodía armoniosa. El ateísmo rechaza toda existencia espiritual respecto a Dios, pero el universo siempre está aquí, presente frente a nuestros ojos que aún no han apreciado con detenimiento tal movimiento ni belleza que es creado por éste, en el seno materno de la tierra que pisamos.
Quizás Dios solo exista para rellenar de color los ojos de mi o de tu amada o amado o para hacer estallar las burbujas del agua contaminada. Quizás Dios exista en cualquier lugar y ahora me observa con suspicacia por estar definiéndole de forma errónea o con agrado por describirle a la perfección más absoluta. Tal vez juegue con nosotros o tal vez nos sigue al caminar cuidándonos de no tropezar ni caer a suelo árido sin asfaltar. Dios nos dejará ser y estar y por eso guerras y hambrunas el no ha de parar, el puede ser la bala que mate, la libertad pérdida del preso, la justicia y la igualdad, puede ser bondad, armonía y paz, tan grande que no puede ser entendido ni estudiado, el podría ser la verdad. El amor en perfecto estado, sin magulladuras ni cerraduras absurdas que abrir, no se podría crear, pues éste te crearía a ti, desde nacer a morir, experimentar y vivir. El rezo u oración no es nada insignificante, pues es una plegaria, para implorar que la gracia venga a nosotros desde lo más profundo de nuestra alma, no es solo echar una energía fuera sino también crear una vacuidad dentro. Para llegar a un estado de vacío total debes abandonar a Dios, dejarlo momentáneamente a un lado, ya que puede convertirse en un obstáculo en algunos senderos que requieren solo de tu ser y lo que eso confronta. Si acabas con Dios, deberás tener una razón o verdad suficientemente grande como para soportar el desarraigo que sientes al ser usurpado de tu propio ente una energía tan poderosa, podría volverte loco como algún que otro filósofo. Puedes saber de la existencia de la energía de Dios pero no creer en éste por algún que otro motivo terrenal, conflictos bélicos, muertes, violencia e ira.
¿Qué tiene que ver los actos humanos con los de Dios? A Dios le debe gusta eso del Yin-Yang y el Taoísmo, deja la energía fluir desde la neutralidad más pura, esa es la mejor manera de aprender de nuestros propios actos, observándolo todo desde lo neutro, ni desde lo que te gusta ni lo que no te gusta, simplemente en el equilibrio entre las dos energías primordiales. Cuanto más fanatismo hay en el sendero de Dios, más lejos está éste de nosotros, porque carece de sentido adorar y creer en el ídolo tanto como para destruir la existencia por él; por eso a veces es preferible creer en lo ideal en vez de en el ídolo. En el ámbito cristiano, pocas personas ahora sienten el amor que predicaba Jesús a la humanidad porque ni siquiera lo hacen suyo, ven al Cristo en vez de ver al Jesús que predicó su amor a pesar de los pesares que tuvo que soportar sobre su espalda que eran muchísimo más grandes que el madero que llevó a cuestas hasta su muerte. En el ámbito budista, pocas personas saborean la iluminación que Buda transmitía después de estar en un estado de conciencia contemplativo durante mucho tiempo, ahora solo se adora la figura de Buda por lo que hizo, se iluminó interiormente, pero escasas personas entienden lo que esto quiere decir tanto en el budismo como en el cristianismo, que lo que transmiten es el sentimiento de saber que hay algo más allá y que roza trascendentalmente las yemas de los dedos de Dios. Salir a la busca de Dios significa estar encaminado hacia algo misterioso ya que sus caminos comprenden desde el corazón de un grano de arena hasta el diámetro de la tridimensionalidad que nos abarca.
La luz te ciega si llevas viviendo en la oscuridad toda tu vida, antes de observar la mirada de la verdad ponte las gafas de sol de la mentira. Las palabras se mueren con la edad como el árbol se quema por el incendio del tiempo, pero el mensaje que deja y la visión que da a los seres terrenales es inmortal e infinita. Cuando se dice la verdad es como si las gotas de lluvia en una fuerte tormenta fueran las posibilidades de tumbar las puertas del templo de la mentira, la luz vence en la oscuridad, llega a todo escondrijo. La mentira es solo un punto de apoyo para los lisiados que no tienen asidero en el camino de la verdad, pues la verdad es como la flecha directa de Cupido que nos pone la semilla de amor en la tierra de nuestro corazón, es el ritmo tajante del movimiento de las manecillas del reloj de nuestra existencia, creando así un tic-tac divino que nos aviva el fuego de nuestra conciencia interior, poniéndonos a la luz todo lo que hasta ahora se escondía por miedo en la penumbra del secreto. Cuando en tu interior se ubica Dios eres totalmente libre y sentimental con los cambios de tu entorno, cuando veas la savia bruta convirtiéndose en savia elaborada, te convertirás en algo elaborado que podrá florecer bajo el seno del astro sol y la sagrada lluvia.
Siempre Dios está dentro de ti, seas lo que seas o creas en lo que creas, si no ves a Dios como algo real, lo verás convertido en amor en el interior de ti. Aunque siempre dentro de nuestro pecho se encuentre, como la ubicación de nuestro órgano más vital, si no se siente, no existe, si no existe, existirá siendo amor, si dentro de ti el amor no existe, qué importa, tendrás la vida. Dios no te dará nada, tampoco te quitará la más mísera lágrima que se asoma al balcón de tus mejillas, si tú piensas que Dios no existe, no existirá, y si piensas que existe, existirá, será lo que tu quieres que sea. Siempre enviamos nuestras injusticias a las nubes porque creemos que allí arriba se encuentra Dios mirándonos uno a uno como pequeñas hormigas, crees qué el es un psicólogo al que le puedas decir tus quejas y tedios que abarcan tu estado emocional, el no te las va a curar, simplemente te curarás de todo lo que te achaca siendo libre. Tus rezos serán escuchados, sino es Dios el oyente será el universo quien escuche atentamente tus peticiones, ama lo que tienes y te será concedido lo que pides. No ruegues por algo que no existe, da gracias por lo que ya tienes, no ruegues por que llueva, da gracias por el agua que ya ha caído. Algo tan inmenso no puede ser descrito, intento localizar su sentido, su realidad, pero si en su perfección mora la divinidad qué sentido tiene preguntarse si existe o no, si es o no es, con el universo tenemos suficiente.
Gracias. Carlos García Claros.
miércoles, 20 de octubre de 2010
Cuando el amor parece una tarta.
Estar enamorado, ser amante, ser amado, ser querido y engañado. Estar confuso y ofuscado, crear textos en lo apartado, eres muñeco y amuleto, rey y plebeyo. Ser mujeriego y halagado, no saber ni cómo ni por qué así has acabado, ser mentor y aconsejado. Amar en lo lejano, damas se presentan en lo cercano, la tentación está a la vista, a mano. Ser hermano en vez de novio, ser esposo en vez de amado, ser juez y ser juzgado, ser acusado y abogado. Dejar de lado, ser apreciado y codiciado, ser odiado y repudiado. Sentirse víctima y vitamina, hablar para conocer, conocer para amar, sopesar el tedio que ya no tienes como pesar. Confusión que se toma, como pastilla y adicción, no querer más que ésta y ver en el futuro compasión. Partir el amor en pedazos es cortar con una tijera los lazos, corazones rotos y abrazos trastornados. Tornados mentales, ideas y apariencias, si es guapa o es fea y el interior que más da, lo que sea. Estar con Palas Atenea y sentir estar con Caronte, no entender de mitología, querer comprender filosofía y no querer por habladurías. ¿A quién amarías? Si no es con la persona con la que más reirías, con quién tu estarías, con el que te de más teoría o con la que encuentres más religiosa y más pía. Una tarta incortable vas a cortar para comértela hasta hartar, hasta hacer tu corazón explotar. Probarás el fruto del árbol prohibido, reventarás al saborear lo excluido, pues no aceptas tus sentimientos como fluidos, sino como algo que te hace estar cohibido, absurdo verdad, es como si estuvieras perdido. No cortes al amor en partes, ni iguales ni desiguales, tómalo entero, como unicidad, así lo que sientes se hace realidad y verdad. Verás a la persona que amas como una deidad, la adorarás, de pies a cabeza, en su divino altar, le rezarás. El amor es así, es una unidad, es el jarrón que al caer se rompe y no queda igual, el amor es amar y ser amado, amarse, sentirse y permitirse querer, perder, odiar y fallar, es tanto un extremo como el otro, el principio del mundo y el fin, el latir y por supuesto el vivir.
Gracias. Carlos García Claros.
domingo, 10 de octubre de 2010
Videoconciencia - 1x04 - " Oriente y Occidente ".
Este es el nuevo video de la serie Videoconciencia, he decidido tratar un tema de debate que en este caso hace la diferencia entre dos mundos distintos en un mismo planeta; Oriente y Occidente, dos formas distintas de vivir.
Gracias. Carlos García Claros.
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