miércoles, 17 de junio de 2009

El tren de la Vida.

La estación estaba repleta de gente de todas las nacionalidades, allí convergían miles de almas de personas, el conductor por megafonía decía continuamente
-Viajeros al tren, el tren está apunto de partir. Los fuegos fatuos corrian por toda la estación hacia un solo sino, el tren que partía a la estación del Nacimiento. La locomotora aderezaba las máquinas con un poco de estupor de electricidad vital; el tren arrancaba y salía de la estación, muchos de los viajeros se quedaron en tierra; no les dió tiempo a entrar al tren. Las almas hablaban entre ellas preguntandose cúal era su fin, una de las personas fué a preguntarle al conductor. Al llegar a la cabina se dió cuenta de que no había conductor, los railes de la vías se formaban al paso del tren, y justo en ese momento todo se nubló, el tren quedó inmerso en tinieblas; entre toda esa oscuridad la luz de los fuegos fatuos resplandecía en todos los vagones y se escuchó la voz por megafonía del conductor que indicó que era el final del trayecto y que los viajeros debian bajar.
Al rato, todos los pasajeros estaban ya en la estación del Nacimiento y en poco tiempo todo se desmontó, la realidad se desdobló en planos tridimensionales y todo acabó, los fuegos fatuos se convirtieron en pequeñas criaturas de piel y huesos, y todos fueron considerados bebés. Antes de que todos fueran convertidos en bebés sintieron que debian coger otro tren, el tren de la Vida, hasta la última estación llamada Expiración. En este caso solo el billete era de ida y la tarifa era solo la propia vivencia de la vida.

Y por ello estoy aquí, menos mal que cogí este fabuloso y privilegiado Tren.

Gracias. Carlos García Claros.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. He perdido la cuenta de cuantas veces he leído este texto.Me fascina tu modo de pensar,cómo plasmas en un blog la manera de ver el mundo,la vida e incluso los sentimientos.Aunque cada persona lo entendamos de una forma distinta,al leer estos textos me has hecho parar por un momento y pensar y si sigues escribiendo asi no dudo de que lo sigas haciendo.Te deseo mucha suerte y que la tarifa de tu viaje a la Expiración sea muy cara.

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