jueves, 22 de julio de 2010

La Contemplación.


La contemplación es un ejercicio que nos ofrece el significado de todo lo que vemos, pensamos y sentimos. El solo hecho de mirar y observar abarca menos de la mitad de lo que es el contemplar. Este ejercicio parte de la vida, pues sin vida no habría contemplación alguna. Al contemplar te das cuenta de todo lo que te rodea, desde una gota de agua que se resbala ligeramente por el cristal hasta las pequeñas patas de una simple hormiga. Poder entender la realidad es una dura tarea en algunos casos, por ello tenemos el manual de instrucciones para construir nuestra visión contemplativa. Contemplar y entender van unidos de la mano y crean el estado contemplativo. Sentir todo aquello que antes era superficial, banal, insustancial y trivial y alzarlo en el púlpito de nuestros sentimientos, y ellos juzgaran. La atención requerida es igual a ver como un pájaro se come un gusano entre la tierra, y compartir el sufrimiento del gusano y experimentar la alimentación del pájaro. La actitud contemplativa interior es lo más preciso para responder a las preguntas: ¿qué soy? ¿cómo soy? y ¿quién soy? Lo básico en toda vida esta orientado a lo que vemos, porque poco a poco si no contemplamos nos convertimos en lo que nos rodea, sin dar sentido a nada ni a nadie. Contemplar un espejo no es contemplar la realidad, pues el sentido de lo que ves, es un vulgar espejo. El que contempla enfoca su visión a algo concreto y eso es detallado en su percepción, en este caso perfecta. La contemplación es entender porque para entender hace falta contemplar.

Gracias. Carlos García Claros.

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