domingo, 22 de agosto de 2010

El niño interior.


El niño interior, el que juega, el que camina sus primeros pasos por este mundo terrenal, el que vive en la ciudad de tu alma. Se pone la corbata y sale a trabajar, mientras permanece callado como un vino silencioso, reservado y añejo para los mejores labios. Escucha los latidos del corazón pausadamente y espera, no sabe el momento en el que salir, en el que respirar fuera de ese ente que controla las emociones que vuelan a su alrededor. El que ama sin dependencia, el que no depende del interés el que no odia, el que llora. Sonríe en todo momento, su alegría contrarresta su tristeza, quiere ser lo que ahora no es, desea ser lo que será pero piensa en lo que es ahora. El ser que lo controla en ocasiones juega con el, a veces lo muestra y vive plácidamente en sus emociones que se unen con pensamientos y crean nuevos sentimientos, desde el cariño hasta el afecto más ínfimo. Corazón joven, alma infinita, aura limpia, amor puro, sentido excelente, por pocos pasos dados, compañero de la luz, guerrero de la infancia, ausencia de material elegancia y de tangible presencia. Ojos de niño que en algún momento derrama lágrimas de infelicidad, malgasta emociones usualmente pues el tiene demasiadas. Corre por los parques del alma, trae dicha por donde va, da soluciones a preguntas sin respuestas mundanas. Abre los ojos pues ahí afuera te espera un mundo, una incógnita, un enigma y un problema que debes resolver ya que tanta seriedad corroe mentes triviales. Ayer, hoy y mañana ya no importan al niño interior pues el vivirá eternamente en su infancia desde su dormir a su despertar, cuando éste se ilumine el que lo controla verá la verdad, saboreará la energía que éste le ha de otorgar. Destructor de la vergüenza que evita ser totalmente lo que es desde su primera etapa vital, demuestra su verdadero rostro, su juventud que permanecerá viva desde su nacimiento hasta su muerte, verá la guadaña que desgarrará la sangre de su esencia, pues en ese instante los dos dirán su última sentencia. Su vida será la de su controlador, sus sentimientos se producirán uniendo las emociones de un niño y los pensamientos de un adulto, obtendrá el indulto propio y tocará la magia que no pudo mostrar, así libre tanto uno como el otro vivirán.

Gracias. Carlos García Claros.

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