sábado, 11 de diciembre de 2010

El buscador.


A algunas personas les gusta buscar placeres, felicidad y tedios en la realidad, no siendo conscientes de la perfección que mora y se regocija en su interior. Cada persona es una cueva de diamantes con miles de caminos por los que aventurarse, pero no esperéis que siempre joyas encontraréis, quizás os topéis con fieras inmundas y bestias de la oscuridad de las mazmorras de su odio. Los buscadores son viajeros tanto en distancias como por los senderos de la vivencia, hablan con duchos en los caminos de la vida y conocen a maestros del espíritu, pero no encuentran nada que les sacie, el buscador es una persona insaciable, pone incluso su vida social y su salud en la mesa del libre juego de las experiencias. Es mejor que cada momento te dé lo que buscas, déjalo estar, no te tires por un precipicio por encontrar el vacío, ya que sabes que la vacuidad puedes encontrarla en tu interior y por ti mismo. El tiempo te dará lo que tanto ansías, no lo tengas por religión, pues el tiempo acabará perdiéndose con tu alma tras tu muerte. No busques nada, ya que si deseas algo allí morarán miles de pensamientos que te robarán con sus frías manos la atención y solo tu mente rotará en torno a ello. La mente investiga y hace a la persona buscador, si la mente busca amor no lo encontrará, porque solo el corazón lo encuentra y lo recibe con un cálido abrazo de hermano. Buscadores, ciudadanos del mundo, que registráis casa por casa solo por encontrar una falsa felicidad que tarde o temprano se convertirá en cenizas olvidadas, que seguís analizando cada mota de polvo, que no os dará nada más que una mísera razón por la que seguir con ese absurdo juego y continuar navegando entre las turbias aguas del veneno, el riesgo y el temor. Para qué buscar una experiencia si vivir ya es una y además inmensa, no daña, ni produce tedios, ni migraña, no buscas vivir, solo vives, no busques y serás totalmente libre.

Gracias. Carlos García Claros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario