martes, 31 de julio de 2012

Observa


Un ejercicio que hacemos con poca frecuencia es observar; en pocas ocasiones nos paramos para posar nuestra mirada en un punto concreto, la concentración se olvida y el propio proceso de observación desaparece. Al hablar de observación ya no solo podemos referirnos a la concentración visual u ocular, sino a la observación de nuestro estado en este momento en el cual todo está por observar.

En solo un minuto se nos pueden escapar cientos de miles de detalles que ignoramos, detalles aplastados por nuestra rutina, el consumismo, las distracciones, como atender a cosas inútiles por la única razón de comprar las baratijas que nos vende el sistema. Los destalles se escabullen con el tiempo, es como la arena que se desliza por la palma de tu mano, no puedes contar todos los granos, los ves pero no los controlas, así son los detalles.

La observación se vuelve meditación cuando te das cuenta de que lo esencial está tanto fuera como dentro de ti, no hay nada que te impida observar las sensaciones que percibes, tu estado de ánimo o la respuesta a cómo está tu espíritu. Este ejercicio se torna sagrado, divino, es como si fuera una dádiva de los dioses; al observar se posee un poder, pero no un poder oscuro como la mayoría de todos ellos, sino un poder luminoso, descubridor, al observar, investigamos, nos centramos y enfocamos todas nuestras intenciones a un lugar determinado en pos de discernir su verdad.

Observar se vuelve algo interesante cuando te das cuenta de todo lo que antes dejabas de lado y todo lo que ahora has descubierto, tanto en tu entorno como en ti mismo. La observación se da en tu ser, ya que no hay otro lugar que más nos ansíe descubrir y encontrar que nuestro propio ser, por ello la observación es una útil herramienta del ser.

Nuestro ojo trabaja y se mejoran nuestras percepciones, la realidad se vuelve nítida y todo color es un placer, nuestra consciencia se limpia, ve más allá de lo que simplemente hay y por tanto se engrandece, se hace celeste como el cielo y asemeja su inmensidad.

Aquí os dejo una animación sobre una de las millones de cosas que puede aportarte la observación:



Moraleja 22: "Observar nos hace grandes como nuestras cordilleras escarpadas, nos hace luminosa la consciencia, dándonos paz y claridad a todo nuestro ser".

Gracias. Carlos García.

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