"Caminante no hay camino se hace camino al andar..." Como dijo Antonio Machado en su famoso poema. Nada más me percaté de la existencia de este cuadro de Caspar David Friedrich me vino a la mente el poema de "Caminante no hay camino". Esta representación de lo sublime marca un antes y un después en la belleza del paisaje moderno, pasamos de una columna vertebrada de montañas y árboles a la cima de un pico de un mar de nubes; se podrían escribir cantidades de versos allá en la cima, solo el cabalgante viento sobre tu tez haría imposible la belleza de tus textos, el desenvaine de tu fina pluma contra el papel crearía ríos de tinta efimeramente superfluos para que después el viento los empujara a mejor vida. Se estaría tan elevado que se habrian rebasado los sueños y los deseos, se habría adelantado a la ignorancia y doblado en su misma carrera, el fuego interior serian ya cenizas, manantiales de humo o torres inmensas de fuego.
La furia y la ira se habían cansado de tanto subir por la montaña, se quedaron haciendo un "pic-nic" a medio camino, les preparé a cada una un bocadillo de caviar de soberbia, tan lujurioso como repugnante; los jinetes del apocalipsis estaban en el establo descansando después de su tan inválida lucha contra mis palabras, al observar tan bello ejemplar de la naturaleza decidí despeñar mi egocentrismo desde la cumbre, luego me aseguré de que se había caido y de que se había endiñado un buen golpe contra las rocas para proseguir cayendo por las picudas piedras de la montaña. Sentado, deleitandome con tales vistas, pensé en que debería volver a buscar a mi furia y a mi ira para ver que tal les iba; ya habian terminado de comer y estaban descansando con una rica siesta sobre las rocas grisáceas, aproveché la oportunidad y escapé hacia la libertad de sentimiento, me persiguieron día tras día, cogí trenes a todos lugares, inhóspitos páramos desérticos me esperaban para deshacerme de las dos bestias que seguían mis pisadas, ahora me refugio en un sitio cálido y tengo la certeza y el conocimiento, es decir, el poder de que aquí jamás me encontrarán, ni siquiera se preocuparan de mí, mi querida furia y mi querida ira; de todas formas que más da que vengan o no a buscarme, caeran rendidas, arrodilladas, postradas y serán corrompidas eternamente bajo sus propios suplicios, ahogaré mis propios vicios con ellas en el tarro de mi tintero, para después malgastar escribiendo tan pésimos "sentimientos".
Dedicado a la Furia y a la Ira.
PD: No me espereís esta noche, quizás no cene más en vuestra casa.
Gracias. Carlos García Claros.
O___O me lo e leido enterito pero no e enterado de naaada xD
ResponderEliminarescribes muy raro tu ¬¬
.nessiee.
Cuando la gente no entiende lo que escribes es que vas por el buen camino. Sigue escribiendo.
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