martes, 3 de abril de 2012
Dogmatista de realidades
Es otro de esos entes no piadosos que patrullan por las calles de tu mente, entre los edificios neuronales de tus creencias y en los resquicios más paganos del ser de un credo. Brota de la nada como si el tiempo lo hubiera traído por afán de la providencia más cruda y mas real; el dogmatista de realidades contigo no será leal, pues destruirá cualquier cosa que en ti no esté atada, un cabo suelto es para él un objetivo a destruir.
Es complicado expulsar al dogmatista, es similar a querer romper una amatista, ves su color tan suave e intento al mismo tiempo; pero tu curiosidad que juguetea como un niño quiere saber que es lo que dentro de la piedra se halla. Pero te preguntas ¿cómo voy a romper una piedra tan bonita?, ¿quién destruiría el fuego primordial por el mero hecho de quedarse con el agua primigenia?, ¿qué te obligaría a desnutrir tu mente y a dejar medio seca la conciencia con el fin de evitar a este ente tan abstracto y ruin?
Tu ser entre tanta duda se tambalea, sus sentidos merman y la realidad se repliega.
El ejército de los acontecimientos te envía fenómenos que antes desconocías y que por alguna razón ahora te resultan extraños.
El cielo y la tierra para ti ya no son nada, pues tú mismo has llamado a la puerta de la casa del dogmático y tú mismo le has dicho que a tu hogar acuda, ya que por el contrario, él no se encontraría en el sitio en el cual tu cerebro información procesa.
Su credo te convence, lo tragas, lo engulles como garganta hambrienta y desesperada; bebes su sentir y su pensar, te unes con él. Cuanto más unido a él estás, más separado estarás de ti, pues no puedes ser hielo y gas al mismo tiempo, no hay cabida a tanto en un nivel tan bajo.
La llave de tus esperanzas en su bolsillo ya se encuentra, se la cediste hace ya mucho, antes de que entrara por tu puerta, tras que él hubiera colgado en ti su chaqueta inmaculada y su imagen desconcertante y cuestionada.
Como una gran losa a tu espalda está cargado pues te aplasta como a todos sus siervos universales, no hay nada más que hablar de estas banalidades, ni nada más que decir del dogmatista de realidades.
Moraleja 13: "El dogmatista de realidades te domestica al igual que dueño de perro fiel, pero con consciencia te darás cuenta de que tú eres el dogmático y tú el que lo ha tragado".
Gracias.
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